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FESAALP: "Averno", descenso a un mundo de mitos, fantasías y
ensueño
Desde las 22 en el Pasaje Dardo Rocha, gratis, se
verá la cinta de Marcos Loayza, una onírica exploración del imaginario
mitológico andino elegida por Bolivia para competir por los Goya
25 de Septiembre de 2018 | 14:41
El
boliviano Marcos Loayza, uno de los cineastas más prestigiosos del cine
suramericano, pone rostro a personajes que desde hace siglos llevan al libre
albedrío del imaginario mitológico andino, en su última película
"Averno", ambientada en leyendas urbanas de la bohemia nocturna de La
Paz y que se proyectará esta noche, gratis, en la Sala Polivalente del Pasaje
Dardo Rocha, desde las 22, en el marco del FESAALP.
"Averno",
elegida por Bolivia para competir por los Premios Goya, relata el viaje que
debe emprender Tupah, un joven lustrabotas de El Alto, ciudad vecina de La Paz,
para buscar a su tío extraviado en un mundo lleno de seres de la mitología
andina que transcurre de noche. En esa búsqueda, el joven "se encuentra
con un montón de cosas" que "le van a cambiar la vida", señala
el cineasta, realizador de filmes como "Escrito en el agua" (1997),
"El corazón de Jesús" (2004), y "Las Bellas Durmientes"
(2012)…
"Todas las
culturas tienen una versión del nacimiento del héroe, pero el mito lo que hace
es encontrar el alma de cada sociedad", sostiene Loayza. Así, su
"Averno", sería "el nacimiento de un héroe, pero desde el punto
de vista de los Andes".
"Es un viaje al mundo de abajo, lo que
en aimara se dice 'Manqha Pacha'. De alguna manera, el sinónimo más concreto de
ese submundo de abajo es Averno, que no es el infierno", sostiene.
"Por otro lado, dentro de las leyendas
urbanas de esta ciudad estaba el bar Averno, un bar mítico que ya ha cerrado
pero por donde han pasado muchos intelectuales y mucha gente. Parte de la
historia de la noche de esta ciudad ha transcurrido en ese bar", agrega el
cineasta.
En ese viaje fantástico aparecen seres
míticos andinos como el "anchancho", una especie de duende que
transita en las fronteras del cielo y el infierno. O el "Lari Lari",
un personaje al que los católicos identifican como demonio y que, según Loayza,
es como "un interlocutor de las fuerzas más oscuras". No faltan los
animales considerados sagrados como los sapos, muy vinculados con la
"Pachamama" o Madre Tierra y presentes siempre en la cultura andina.
También están las "kataris" o
"amarus", como se llama a las serpientes en aimara y quechua,
respectivamente, animales identificados en el mundo andino con el
"cambio" y la "luz", a diferencia de la cultura judeo cristiana,
para la que significan traición, explica el realizador.
Además, aparecen otros personajes que sí
existieron, pero que el cineasta considera "míticos" por su aporte a
las letras y artes bolivianas, como el poeta Jaime Sáenz, el escritor René
Bascopé o el pintor Humberto Jaimes.
El filme es un proyecto que viene madurando
desde hace once años, cuando Loayza hizo el documental "El estado de las
cosas" y obtuvo una "materia prima muy grande" sobre las
cosmovisiones indígenas, mediante entrevistas a líderes de los pueblos
originarios, filósofos y pensadores. A partir de esas conversaciones e
informaciones, el cineasta comenzó a realizar dibujos imaginando el particular
universo de “Averno”, que, como es propio del cine independiente y del cine en
América latina, se volvían realidad en sets, revela Loayza, apenas horas antes
de que los rodajes tuvieran lugar. “El equipo de arte trabajaba de día y
nosotros filmpabamos de noche”, se ríe el cineasta.
Loayza, en diálogo con EL DIA, afirma además
que se trata de una película con “muchas capas”: cada espectador podrá elegir
"el nivel de profundidad o el tipo de lectura" que quiera darle a
"Averno", ya sea como una película de aventuras,
"costumbrista", esotérica, antropológica, o la relacionarán con
situaciones culturales como "la fiesta, la noche, el rito, el
alcohol".
La cinta, agrega, mezcla “lo psicológico, lo
antropológico y lo cinéfilo”: estas tradiciones se entrecruzan en una propuesta
osada y creativa que huye del realismo porque “cuando te escapas de la realidad
las posibilidades son muchas más”. “Hoy el cine está yendo hacia las pequeñas
historias, pero esta no es una historia minimalista”, advierte Loayza.
"Esta película es un espejo totalmente distorsionado, no les muestro la
realidad, sino les muestro sus sueños, su imaginario".